domingo, 27 de abril de 2014

La hora del té: Una simple conversación entre amigas

A veces ni la inspiración, ni el tiempo pueden arreglárselas para visitar a una humilde bloggera (amateur) que conoces (por lo menos no han logrado visitarla en un horario decente por los últimos 12 días). Sin embargo, apenas una decide relajarse, acurrucarse en la cama para tener una noche romántica con Netflix y té, la inspiración aparece y el tiempo... pues, se hace notar.

¡Hola!

Quiero empezar la semana conversando un poco. Esta parte del blog es una de mis favoritas, sentarme a escribir con mi tacita de té al lado, y "conversar" sobre cualquier cosa que esté en mi cabeza. Les digo, es terapéutico.  

Este fin de semana ha sido particularmente largo para mí, empezó con un viernes más denso de lo que hubiese querido y fue seguido por un sábado y domingo tan lentos que parecía que el tiempo no pasaba. Largas horas de querer hacer algo, pero no poder moverme de la cama, debo admitir que por momentos llegué a sentir que la que estaba paralizada era yo y no el reloj. A veces en la vida de una persona, como más de una de ustedes debe saber, pasan ciertas cosas que nos hacen dudar no sólo nuestro futuro si no también nuestro pasado. Si hemos tomado las decisiones correctas, si hemos seguido el camino que debíamos, si escogimos a las personas a nuestro al rededor sabiamente, si estamos construyendo nuestro futuro de la mejor manera posible o si estamos fallando hasta el día de hoy, todas esas preguntas pueden ser un poco abrumadoras cuando te acuestas y despiertas con ellas (y desayunas, almuerzas, te ejercitas y ves televisión con ellas también). 

En este momento todavía no creo tener todas las respuestas, pero por lo menos he encontrado paz dándome cuenta que la vida se disfruta más si no nos obsesionamos diseccionando cada aspecto de nuestras vidas. Aceptar nuestro presente tal cual y cómo está es la mejor solución que podemos encontrar para avanzar, dejar de pensar exhaustivamente en todo lo que hicimos y concentrarnos en nuestros planes futuros (sin volvernos locos por ello), es más sano y definitivamente más prometedor. Debo admitir que llegar a este "estado mental" no es una tarea fácil, llevo varios años tratando de masterizar esta práctica, pero de vez en cuando, la tarea se me hace un poco más difícil; sin embargo, si alguien se encuentra en uno de esos momentos donde nuestras mentes hablan más que nosotras mismas, pues intenten silenciar las voces (porque para ser francos bordean las esquizofrenia), concéntrense en lo positivo, en lo que se puede hacer y dejen de tormentarse con preguntas sin respuestas. 

Espero que esto haya ayudado tanto como me ayudó a mí, realmente escribir al respecto es inclusive mejor que llegar a la resolución. Así que no duden en dejar comentarios y contarme sobre lo que sea que esté pasando por sus cabezas. 

Que este sea el inicio de una semana espectacular. 

Cariños desde mi casa hasta sus casas.

P. 





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