lunes, 7 de abril de 2014

La hora del té - Encontrando el amor más importante: El amor propio

Hoy, mientras me arreglaba para salir a almorzar, me di cuenta que me estaba arreglando. Siempre he estado interesada en el tema de la belleza y el cuidado personal, pero por algún motivo, desde hace un tiempo dejé de arreglarme.

Desde que empecé a escribir el blog he re-descubierto lo mucho que amo engreírme, ponerme bonita porque me da ganas, arreglarme para mí. Considero importante tomarse un tiempo para estar con una misma, leer un libro, ver una película, hacerse una mani, prepararse algo rico de comer, hacerse algún tratamiento casero, etc.

Sé que puede sonar algo superficial, porque después de todo, nuestro valor como personas y el amor y respeto que todos nos debemos no depende de nuestra apariencia, ni de lo que otras personas piensen de nosotros o nuestro físico, es todo acerca de cómo nos sentimos y cómo nos vemos a nosotros mismos, lo que importa para nosotros, lo que nos hace sentir felices y satisfechos con nuestras vidas.

La verdad, mi felicidad y el amor que me tengo no dependen para nada de mi físico, no dependen de mi ropa ni de mi peinado. Para mí, sentir que soy buena en lo que hago, trabajar en lo que me gusta y tener a personas que quiero a mi alrededor, son razones suficientes para estar más que feliz, PERO, debo admitir que tomar una ducha caliente, embadurnarme con todas las cremas que encuentre, pintarme las uñas, alisar mi pelo, ponerme una pijama limpia, servirme un rico té (o copa de vino), meterme a la cama (con sábanas frescas, recién puestas) y leer un libro (o en días como hoy, escribir en mi blog), me hace sentir tan bien, tan relajada y contenta, todo ese engreimiento y descanso totalmente merecido. Aparte de todo, cada vez que me miro al espejo veo a una persona feliz (y con el pelo bonito), mientras tipeo y veo mis uñas arregladas y no puedo evitar sonreir. Es un plus en mi día a día.

Hubo una época en mi vida en la que nada podía hacerme feliz, por lo tanto, ni siquiera intentaba animarme, engreírme, arreglarme, no me sentía digna ningún tipo de felicidad. Les digo, fue la peor época de mi vida, todas mis prioridades revueltas, cero amor, cero respeto. Reconstruir la relación conmigo misma ha sido una tarea que me ha tomado un par de años, pero finalmente siento que todo lo que tiene que ver con mi estabilidad emocional y mi felicidad dependen únicamente de mí. Y esto, creo yo, es un logro.

No olviden nunca que no dependemos de un(a) novio(a), de dinero, belleza, bienes materiales, etc. para ser felices. Que nuestro valor no se mide por lo que otras personas piensen de nosotros. Que no somos lo que los demás dicen que somos. Que no somos definidos por las cosas que poseemos, por dó
nde vivimos, por cómo nos vemos. Las cosas más importante de la vida, son gratis y están al alcance de nuestras manos, siempre. Que nadie les diga lo contrario, y por favor, no se lo digan nunca a ustedes mismas.

Y finalmente, quiero agregar que la belleza interna, al final, siempre le va a ganar a la belleza externa, y aunque los medios y la moda y etc. etc. quieran decirnos lo contrario, no es así. Si quieres hacer dieta y ejercicios, porque es saludable, porque te gusta lo bueno que es para tu cuerpo, entonces te felicito, pero si lo haces porque la sociedad dice que una mujer sólo es bonita si es delgada, entonces te animo a reconsiderar este motivo. Si arreglarte las uñas y el cabello te hace sentir linda y cómoda contigo misma, pues hazlo y sé feliz, si quedarte todo un día en pijama, con un moño en la cabeza, viendo películas y comiendo pizza es lo que te hace feliz, por favor, hazlo (yo lo hago y debo decir que son de mis días favoritos). La felicidad de una, depende de una.

Esta semana las animo a tomarse un tiempo y dedicarse a ustedes, hacer lo que más les gusta y sonreir (en realidad esto hay que hacerlo todos los días).  Cuéntenme qué es lo que las hace felices y cómo les gusta engreirse.

Mucho, mucho cariño desde mi casa, hacia sus casas.


P.
    



No hay comentarios:

Publicar un comentario